Cómo cuidar tus laminados para que duren más
                                            
     
  
  
  
                                            
                                         
                                    
             
                                         
                
     
                                                 Introducción 
Los laminados son un tipo de revestimiento que se utiliza para darle uso y decoración a las superficies interiores de la casa, como pisos, paredes, mobiliario y más. Se componen de varias capas de materiales sintéticos, que combinados crean un producto resistente, fácil de mantener y adaptable a distintos estilos.
En este artículo te voy a enseñar cómo cuidar tus laminados para que duren más, con consejos sencillos y prácticos que te permitirán sacarle el máximo provecho a esta opción decorativa.
 Elige los laminados adecuados 
El primer paso para cuidar tus laminados es elegir los adecuados para cada espacio. Hay varios tipos de laminados, cada uno con características específicas, por lo que no todos sirven para cualquier lugar. 
Por ejemplo, si quieres instalarlos en lugares con mucha humedad o expuestos a salpicaduras, como baños o cocinas, debes optar por laminados resistentes al agua. Además, debes fijarte en la clasificación AC, que te indica su grado de resistencia al desgaste y la duración que pueden tener.
En resumen, elige laminados que se adapten a las necesidades de cada espacio y que tengan una buena calidad para que puedan durar por mucho tiempo.
 Limpia adecuadamente tus laminados 
La limpieza es un aspecto crucial para cuidar tus laminados y mantener su aspecto original. Para hacerlo adecuadamente, sigue estos consejos:
- Barre o aspira con regularidad: el polvo y las partículas de suciedad pueden rayar los laminados o acumularse en las juntas. Barre o aspira al menos una vez por semana, siguiendo la dirección de las tablas o piezas.
- Utiliza productos específicos: no todos los productos de limpieza son aptos para los laminados. Utiliza aquellos que estén especialmente diseñados para limpiar este tipo de materiales y evita el agua en exceso.
- No uses productos abrasivos: los productos abrasivos pueden dañar el acabado de los laminados. Evita usar limpiadores con componentes ácidos, ceras o pulidores.
- Limpia de inmediato los derrames: los líquidos pueden penetrar en las juntas y generar manchas difíciles de quitar. Limpia de inmediato los derrames con un paño húmedo y seca bien.
 Cuida la exposición de tus laminados al sol 
El sol es un factor que puede dañar el acabado y el color de tus laminados. La exposición prolongada y directa puede decolorarlos y hacer que pierdan su brillo original. Para evitar esto, sigue estos consejos:
- Usa cortinas o persianas: cierra las cortinas o persianas en las horas de mayor incidencia de sol para proteger tus laminados.
- Rotación de muebles: mueve los muebles frecuentemente para evitar el desgaste de una zona particular y para que la exposición al sol sea uniforme.
- Protege los laminados en la instalación: si estás instalando laminados en un lugar con mucha exposición al sol, como una terraza o un balcón, opta por laminados con protección UV o instala algún tipo de cubierta que los proteja.
 Evita el desgaste excesivo 
El desgaste excesivo es uno de los mayores enemigos de los laminados. Esto puede suceder por el uso frecuente, la fricción con objetos o mucho tráfico. Para evitarlo, sigue estos consejos:
- Coloca alfombras: las alfombras en las zonas de mayor tráfico, como pasillos o puertas, disminuirán la fricción y el desgaste.
- Usa protectores de muebles: los protectores de muebles evitan que se raye o marque los laminados cuando los mueves.
- Usa los muebles con cuidado: cuando muevas objetos pesados, levántalos en lugar de arrastrarlos. Usa ruedas protectoras o brinda seguridad al mueve para que no rayen el suelo.
 Conclusion 
Cuidar tus laminados no es complicado y con los consejos que te he enseñado podrás mantenerlos en buen estado por mucho tiempo. Recuerda elegir laminados de buena calidad, limpiarlos adecuadamente y protegerlos de la exposición al sol y el desgaste excesivo.
Además, también debes mantener pequeñas reparaciones cuando sea necesario. Si tienes alguna duda, consulta con los especialistas en la materia. Con estos consejos, tus laminados lucirán siempre como nuevos.