Los laminados son un popular material utilizado en la decoración de interiores. Son duraderos, fáciles de mantener y están disponibles en una variedad de diseños y colores. Sin embargo, los laminados son propensos a daños, incluyendo la inflación o abultamiento. Si este es el caso en tu hogar, aquí te explicamos cómo reparar estos problemas para que tu suelo tenga un aspecto nuevo y te evites el costo de tener que reemplazarlo por completo.
El inflado y abultamiento ocurren cuando los laminados se expanden y contraen en respuesta a los cambios en la temperatura y humedad. Generalmente, esto ocurre cuando los paneles de laminado no están completamente asegurados, permitiendo que la humedad penetre y se acumule debajo. Además, la exposición prolongada a la luz solar directa o los cambios estacionales pueden hacer que los paneles se expandan y contraigan, lo que también puede resultar en laminados inflados o abultados.
Antes de comenzar a reparar tus laminados inflados o abultados, es importante que tengas en cuenta algunos pasos previos. En primer lugar, asegúrate de que la humedad en la habitación donde se encuentran los paneles de laminado no sea demasiado alta. Esto puede empeorar el problema. En segundo lugar, identifica cuál es el origen de la humedad para solucionar ese problema a futuro, ya que evitarás que el problema vuelva a ocurrir. En tercer lugar, verifica que las láminas infladas o abultadas no estén sujetas por daños periféricos, ya que en este caso, no podrás repararlas y tendrás que reemplazarlas.
Identifica los paneles de laminado inflados o abultados. Utiliza un cutter para cortar una línea a lo largo del centro de la lámina inflada pero procura no dañar las láminas cercanas. Tira de los bordes para separar los paneles inflados de los paneles adyacentes.
Antes de seguir, asegúrate de que hayas identificado y solucionado el origen del problema. A menudo, esto puede ser una fuga de agua que debe ser reparada, una puerta o ventana con una entrada de aire o incluso una habitación en la que la humedad nunca disminuye. Si no se arregla la fuente del problema, es probable que estos problemas reaparezcan en el futuro.
Una vez que hayas corregido el problema, limpia los paneles de laminado inflados o abultados con una toalla seca. Luego, con una plancha caliente, aplica presión sobre la superficie inflada y muévela en un movimiento circular durante aproximadamente 15 segundos. Esto hará que la lamina se expanda y se adhiera de manera uniforme.
Si la lámina está demasiado dañada o no se adhiere, debemos optar por un método diferente. Corta el centro de la lámina abultada con un cutter. Retira los bordes y luego quita la lámina. Antes de colocar una nueva, límpia el área con un limpiador de alfombras para asegurarte de que esté completamente libre de polvo, pelusa y otros detritus.
Antes de colocar la lámina, aplica una fina capa de sellador de silicona en la ranura donde encajara la nueva lámina y utiliza un taco de madera para asegurarte de que quede bien ajustada. Luego coloca la nueva lámina, presionando hacia abajo con tus manos. Si la nueva lámina no se adhiere, utiliza abrazaderas para mantenerla fija. Finalmente, utiliza una aguja para retirar cualquier burbuja de aire.
Después de instalar la nueva lámina, verifica que esté nivelada con las otras láminas. En caso de que no sea así, utiliza una tabla de cortar para reducir el tamaño de la lámina hasta que se ajuste al tamaño requerido. Si todos los paneles están nivelados y el trabajo parece completo, coloca incluso una capa delgada de sellador de silicona en la línea de corte para asegurar que el problema no vuelva a aparecer.
Arreglar laminados inflados o abultados es un problema común que cualquier propietario de una casa debe esperar. Afortunadamente, también es un problema que se puede solucionar fácilmente. Con las herramientas y técnicas adecuadas, incluso alguien sin experiencia previa en reparación de laminados puede dar una solución efectiva a este problema y hacer que su hogar luzca como nuevo.